Un rincón con carácter: más que un mueble, una escenografía cotidiana

Hay espacios que simplemente piden algo especial. Este era uno de ellos: un muro cotidiano se convirtió en el alma de una sala íntima, versátil y con mucha personalidad. El resultado: un mueble que organiza, decora y da sentido a todo lo que lo rodea.

El tono azul petróleo mate fue una elección clave. No solo aporta profundidad y sofisticación, también cambia según la luz del día, haciendo que el ambiente se sienta cálido en la tarde y elegante por la noche. Es un color con presencia, pero también con calma. Perfecto para acompañar obras de arte, libros, recuerdos… o simplemente dejar que respire.

Un diseño para vivirlo

Las repisas abiertas tienen una intención clara: invitarte a personalizar. Aquí hay espacio para lo que de verdad importa. El libro que estás leyendo. Una pieza de cerámica que encontraste viajando. La foto de un recuerdo especial. Todo cabe y todo se muestra con intención.

Abajo, los módulos cerrados hacen el trabajo silencioso de guardar lo que no quieres tener a la vista. Y lo hacen con estilo: puertas empotradas, tiradores dorados mate, y proporciones equilibradas.

Tres focos superiores hacen un trabajo sutil pero importante: destacar sin deslumbrar. Ya sea que pongas arte, objetos o nada en absoluto, el efecto escenográfico está siempre presente. Y eso cambia por completo la atmósfera del lugar.

Arte, diseño y calma en un solo gesto

Este mueble no quiere robarse todas las miradas, pero sí quiere ser inolvidable. Es el tipo de diseño que eleva el día a día: no complica, no satura, no exige. Solo acompaña, organiza y decora con discreción inteligente.

Hecho a medida, pensado para durar, diseñado para habitarse.

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